18.11.09

Unha visión distinta dos piratas somalíes




QUIENES SON LOS VERDADEROS PIRATAS

Instalados en una sociedad de masas en la que los medios de comunicación tienen un peso decisivo en la elaboración de la opinión pública, se echa de menos un análisis más amplio de los condicionantes y de las causas que determinaron la actual situación de los 36 tripulantes secuestrados en el Índico. He aquí unos apuntes para la reflexión:

La flota atunera congeladora española lleva faenando en aguas del Océano Índico desde 1984, és decir, 25 años. Actualmente esta flota está compuesta por 33 buques, 18 de pabellón español, matriculados en Galicia, Euskadi y Andalucía.

En lo que va de año, se contabilizaron un total de 135 ataques a embarcaciones de pabellón francés, alemán, belga, italiano o español. 49 de ellos remataron con la retención ilegal de los pesqueros por parte de los piratas.

La zona de pesca en el Índico abarca más de 3.200 millas náuticas de aguas internacionales y jurisdiccionales de varios países: Mozambique, Seychelles, Kenia, Tanzania, Madagascar, Comores, Mauricio, Islas Chagos y Mayotte e Islas Eparses.

La flota española faena con licencias bajo acuerdo comunitario o también bajo acuerdos privados.

La historia más reciente de Somalia nos habla de un estado roto y, en la práctica, de un país sin gobierno efectivo desde 1991. Considerado uno de los puntos más conflictivos de la zona del Cuerno de África, constituye un constante foco de inestabilidad regional y de riesgo para la seguridad en la costa nororiental del continente africano.

Según el Grupo de Trabajo de Alta Mar (HSTF, en sus siglas en inglés), cuando fracasó el gobierno de Somalia, los intereses extranjeros aprovecharon la oportunidad para comenzar a saquear las fuentes alimentarias del mar del país. Por ejemplo, en 2005, más de 800 barcos pesqueros dedicados a la pesca ilegal operaban en estas aguas, arrasando anualmente -con una cifra estimada de 450 millones de dólares- mariscos y peces de las aguas somalíes.

Además, esos mismos intereses foráneos aprovecharon la falta de vigilancia en las aguas somalíes para convertirlas en un vertedero de basura nuclear y tóxico. Según el propio enviado de la ONU para Somalia, Ahmedou Ould-Abdallah, las compañías petroleras pagaban a los ministros de aquel país o a los líderes de la milicia para descargar su basura en el mar. Con todo, las Naciones Unidas no actuaron activamente para detener esta devastación continua de los recursos marinos somalíes.

En un primer momento, los marineros de Somalia fueron quien, con sus lanchas y chalanas, de disuadir a las embarcaciones extranjeras. Se llamaron a si mismos "Guardacostas Voluntarios de Somalia" y quisieron poner freno a la pesca ilegal y a las descargas en sus aguas o, cuando menos, cobrar un impuesto a cambio.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó diferentes resoluciones (en junio y octubre de 2008) invitando a los estados interesados en la seguridad de sus actividades marítimas a participar activamente en la lucha contra la piratería en alta mar frente las costas de Somalia, particularmente desplegando buques de guerra. En la misma linea se pronunciaron la OTAN y la Unión Europea. El gobierno español decidió enviar medios navales y aéreos para proteger su flota.

La ONU estima que actualmente hay entre 1.000 y 1.500 piratas en la zona del Índico: los Guardacostas Voluntarios Nacionales; los de la región de Marka; los de Putlandia (también viejos marineros reconvertidos a piratas); y los marines somalíes, que también vieron en la presencia de buques estranjeros la posibilidad de sacar su propio beneficio económico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un xogo de palabras que traduce o negocio macabro:
negocio dos arrastreiros = imperiali$mo rastreiro.
Esto é frecuente en moitas zonas dos mares e das terras deste planeta.
Os medios de incomunicación de masas fan o seu papel: a mixtificación masiva acorde cos intereses do capital.Eso sí, deportes, chácharas banales e cachondeo continuado amenizan o espectáculo.
E aquí, " ahí ao lado" que se dí, ainda moitos mariñeiros traballan sen convenio....
Otto Más... o menos